Pacientes de Oncología, nuestros héroes en medio de esta crisis

Estamos muy agradecidos con Selene por confiar en nosotros, ser un paciente oncológico nunca será fácil, pero brindar toda la calidez humana y el tratamiento adecuado es nuestra gran tarea, gracias por permitirnos ayudarte y acompañarte en la difícil carrera de vencer al cáncer.

Selene está a una semana de dar la campanada y estas son las palabras que nos comparte y nos llegan al alma.

Oncology Patients, our heroes in the midst of this crisis

Me llamo Selene y soy una paciente de oncología en WeCare…

Mi viaje por el cáncer comenzó en agosto de 2020.  El mundo estaba en medio de una pandemia y yo intentaba planificar mi boda, No existe un buen momento para un diagnóstico de cáncer de mama, ¿verdad?

No hace falta decir que la noticia fue devastadora para mi familia y para mí misma. Perdí a mi abuela por un cáncer de mama y aquí estaba yo enfrentándome a la pérdida de una parte de mi cuerpo, tal y como ella había hecho también. Recuerdo muy bien lo mucho que luchó mi abuela, hasta que perdió su batalla contra el cáncer de mama cuando yo sólo tenía 11 años.

Después de muchas noches sin dormir, con un dolor postoperatorio insoportable y una recuperación, empezó mi primer día de quimioterapia. Entré en la clínica con el corazón acelerado y las manos temblorosas.

Me recibieron las caras sonrientes de mi enfermera René, mi doctora Ana y el resto del equipo de WeCare, que fueron increíblemente cálidos y profesionales. El equipo me mostró mi habitación privada, donde me quedaría mientras duraran mis tratamientos (¡15 hasta ahora!). Saber que iba a pasar tanto tiempo fuera de mi casa en un lugar concreto, incluidas las vacaciones importantes, y estar allí con un equipo tan amable me ayudó a sacar lo mejor de la situación.

Oncology Patients, our heroes in the midst of this crisis

Por suerte, mi hijo estuvo a mi lado, llevándome de la mano en todas las sesiones. Incluso pude invitar a mis amigos a visitarme durante los tratamientos, asegurándonos de seguir todos los protocolos de seguridad adecuados. Pudimos ver películas, sentarnos en silencio, rezar colectivamente o meditar.

El hecho de tener acceso a los medicamentos más nuevos, a la tecnología más avanzada y a la amabilidad del equipo hizo que el proceso fuera más tolerable y supuso un gran cambio con respecto a la época de mi abuela.

Mientras escribo estas notas, sigo en tratamiento. No sé qué me deparará el futuro, pero sé que estoy en buenas manos aquí en WeCare. “